Estos días visitamos la catedral de la Seo. Nuestra presencia en la plaza de San Bruno no pasa desapercibida y es que cargamos con, catalejo, trípode, ordenador portátil, prismáticos, cámara, batería y cables. Con todo esto la gente se suele acercar curiosa para preguntar que es lo que estamos haciendo y cuando ven en la pantalla del ordenador el halcón peregrino, se sorprenden. Alguno comenta que si es nuestro, otros que quien lo ha soltado, es curioso como dentro de la ciudad la gente asocia cualquier animal a una mascota.
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